
Los guisantes (Pisum
sativum) forman parte de la familia de las leguminosas aunque por su aporte
nutricional, se suelen incluir en el grupo de las verduras. Como producto de
temporada los encontraremos durante la primavera.
Estas legumbres se encuentran en una vaina verde de unos 5 a 10 cm de longitud
(unas 7 o 9 semillas por vaina). Su vaina es dura y fibrosa y necesitaría mucha
cocción para poder utilizarla en alguna receta, por lo que se suelen consumir
sólo las semillas.
Es un alimento de baja densidad calórica (81 Kcal. por cada 100 gr.), por lo
que suelen formar parte de dietas saludables y de pérdida de peso. Los
guisantes están libres de colesterol y son muy bajos en grasas. 100 gramos de
guisantes aportan unos 5.42 gramos de proteína y 5.7 gramos de fibra aunque su
aporte nutricional se centra en las vitaminas y los minerales. Destacamos
el aporte de vitamina C, vitamina A, vitaminas B (Tiamina o B1, Nicina o B3,
folato o B9), calcio, hierro, magnesio, potasio y fósforo.
Las legumbres en general se caracterizan por tener altos niveles de fitatos y
lectinas, lo que puede producir problemas digestivos y dificulta la absorción
de minerales. Los guisantes se consumen frescos y no secos (como otras
legumbres) y presentan además niveles inferiores de estos componentes tóxicos
en comparación con otras legumbres. Todo esto hace que causen menores
trastornos digestivos aunque aún así los guisantes son, tras las lentejas y los
garbanzos, la tercera legumbre con más número de alergias en la zona
mediterránea.