
Ingredientes para 4 personas
– 1/2 kilo de espinacas frescas.
– 8 trozos de bacalao desalado.
– 1 bote de garbanzos cocidos.
– 2 huevos.
– Aceite de oliva, 4 dientes de ajo y especias (laurel, tomillo, romero, cúrcuma,…).
1. Cortar el tallo de las espinacas y desecharlo, reservando únicamente la hoja verde. Limpiar bien las hojas, dejándolas en remojo para quitar la tierra y pasarlas finalmente bajo el chorro de agua. Quitarles el agua en un colador o en una centrifugadora de verduras.
2. En una sartén o cazuela de barro, freír los ajos cortados a láminas con un chorrito de aceite. Rápidamente añadir las espinacas cortadas y freír a fuego lento, esperando a que las espinacas suelten toda su agua.
3. Añadir los garbanzos, una hojita de laurel y una pizca de las otras especias (tomillo, romero, cúrcuma,…). Rehogar durante 2-3 minutos.
4. Añadir los trozos de bacalao (previamente desalado), tapamos y dejamos a fuego lento durante 15-20 minutos.
5. Mientras, poner a hervir agua para preparar dos huevos duros.
6. Una vez terminado el plato, cortar los huevos duros y decorar el plato con ellos.
Tiempo de preparación: 45 minutos.
Nivel de dificultad: Media.
Comentario nutricional: Las espinacas son un alimento que aporta gran cantidad de minerales como calcio y magnesio, por lo que es ideal para cuidar nuestros huesos y dientes. Además, aporta clorofila, con todos los beneficios de esta sustancia y fibra.
Los garbanzos disponen de hidratos de carbono de lenta asimilación, proteínas (son conocidos como “la carne de pobre”) y fibra. Además aportan buenas cantidades de minerales.
El bacalao es pescado bajo en grasas y rico en proteínas de alto valor biológico. Los huevos complementa esta receta baja en grasa y rica en proteínas y minerales, ya que aportan aminoácidos esenciales en proporción óptima.